martes, 30 de marzo de 2010

Nuestras amigas las bacterias

No todas las bacterias tienen malas intenciones. Lo decíamos en Las grandes plagas modernas: la gran mayoría no son tóxica e incluso sin algunas de ellas la vida en este planeta sería imposible. Además, estamos aprendiendo a modificarlas a nuestro antojo para obtener beneficios sorprendentes.

Por ejemplo, recientemente se ha conseguido que una bacteria modificada geneticamente produzca plástico. El plástico se obtiene normalmente de los combustibles fósiles, con el impacto medioambiental que esto conlleva. El que fabrica esta bacteria es biodegradable, poco tóxico y se puede sustituir al plástico normal en muchos casos (pero no todos).

Se está trabjanado ya en bacterias que producirán biocombustible, que serán usadas en paneles solares, para limipiar residuos metálicos, para llevar fármacos a células específicas y quién sabe cuantas cosas más. Veremos cuantos de estos proyectos tienen éxito.

martes, 23 de marzo de 2010

Cómo hacer callar a los genes malos

Un  artículo publicado esta semana revela cómo unos investigadores de CalTech han conseguido "desconectar" los genes que obligan a las células de un cáncer a crecer sin control. Esta es la primera vez que se consigue usar en humanos un tratamiento con RNAi. Como explicábamos en Inmortales y perfectos (p95, p217), los RNAi son pequeños RNA capaces de bloquear específicamente la función de un gen. Se usan mucho en el laboratorio pero hasta ahora no se había demostrado su eficacia como terapia.

De momento la técnica se ha probado sólo en 15 pacientes que tenían melanoma, inyectándoles el RNAi en la sangre. Se ha visto que en algunos casos consigue apagar los genes escogidos y hasta disminuir los niveles de la proteína que fabrican estos genes, aunque no queda claro si el efecto resultante será que el tumor acabe desapareciendo. Ya se han empezado ensayos clínicos más completos para comprobar que es una tecnica tan eficaz cómo segura. Es un avance muy prometedor, aunque aún preliminar, que abre unas perspectivas muy interesantes para todo un nuevo tipo de tratamientos contra el cáncer.

martes, 16 de marzo de 2010

Virus promíscuos

Como era de esperar, el virus responsable de la pandemia de gripe H1N1 no se está quieto. Genéticamente hablando, claro. En Hong Kong han visto que en los cerdos, el H1N1 pandémico está intercambiando genes con virus propios de estos animales. Como explicábamos en Las grandes plagas modernas, los cerdos actúan como reservorios, o "cocteleras" donde se pueden mezclar diferentes tipos de virus. El peligro de que salga un virus nuevo de estas mezclas que sea más agresivo que los que cirulan no es nada despreciable.

¿Hay que preocuparse? Aún no. La noticia no es del todo inesperada. No significa necesariamente que se está "incubando" un virus de la gripe más letal que acabará pasando a los humanos. Simplemente es un mensaje de alerta, que refuerza una idea que los expertos han venido discutiendo desde el principio de la pandemia: hay que vigilar más a los cerdos. Son un riesgo potencial de pandemias por virus nuevos. Mejor tenerlos controlados que descubrir demasiado tarde que nos han contagiado, como seguramente ha pasado con la última gripe pandémica.

martes, 9 de marzo de 2010

Las iPS no son todo lo que parece.

Las iPS, que se supone que tenían que susituir las células madre embrionarias (CME) en las futuras terapias de medicina regenerativa, no han pasado uno de los examenes clave. Acaba de salir un artículo que demuestra que las iPS no son tan eficaces como las CME a la hora de convertirse en cualquier tipo de célula. Además, parece que les falta otra característica importante: la inmortalidad. Las células madre son las únicas células de nuestro cuerpo (a parte de las cancerosas) que pueden vivir por un tiempo indefinido.

Pero otros artículos aparecidos anteriormente han presentado resultados opuestos. Parece pues que la efectividad de las iPS es muy variable y que depende de los métodos usados para reprogramar las células. Podrían ser buenas sustitutas de las CME en algunos casos, pero quizá no en todos.

martes, 2 de marzo de 2010

El final del caso Wakefield

Un artículo publicado por Andrew Wakefield el 1999 fue el principal responsable del pánico a las vacunas infantiles que se ha extendido por todo el mundo, tal y como explicábamos en Las grandes plagas modernas. Desde entonces se ha demostrado primero que sus datos eran incorrectos y después que simplemente los falsificó. Ha sido hallado culpable por el Consejo Genral Médico del Reino Unido de ser "deshonesto" y haber "abusado de su posición de confianza", y se está estudiando si se le puede acusar incluso de mala praxis.

A pesar de todas las pruebas en su contra, sus seguidores siguen creyendo en su inocencia. La última noticia de este caso es que ha dejado su puesto en la clínica que fundó para tratar enfermos de autismo, a pesar de que la misma clínica rechaza las conclusiones de los expertos en un comunicado. Eso sí: admiten que no hay ninguna prueba de que las vacunas causen autismo.