¿Cuando se cree que se van a utilizar las celulas madre? I.M.
Supongo que esta es la pregunta más obvia después de lo que discutimos la semana pasada. La respuesta más sensata: no lo sé.
Los resultados positivos en el laboratorio siguen apareciendo sin parar.
Recientemente se ha podido regenerar una lesión espinal en animales usando células madre o
generar por primera vez células germinales a partir de iPS, lo que permitiría solucionar ciertos problemas de infertilidad (como discutíamos en
Inmortales y perfectos). Éstos son sólo los últimos ejemplos. Hay
muchos otros y vendran muchos más. Pero hay que recordar que del laboratorio al enfermo hay un camino muy largo que recorrer. Además, nadie nos puede garantizar que este camino sea posible. Recordemos el caso de la terapia génica (ver
Inmortales y perfectos), que a pesar de su gran potencial sólo ha cosechado éxitos menores (
uno de ellos esta misma semana).
Es esperanzador ver cómo los primeros ensayos clínicos de medicina regenerativa empiezan en el
Reino Unido y, finalmente, en los
Estados Unidos, pero esto es sólo el primer paso. Hace ya diez años que se aislaron las primeras células madre embrionarias y aún seguimos intentanto entender cómo podemos usar sus recursos. Hay que recordar que las células madre obtenidas de adultos, que no són tan potentes ni versátiles, se usan desde hace décadas para tratar ciertas enfermedades, como las leucemias o, como demuestra un
ensayo preliminar reciente, las fases iniciales de la esclerosis múltiple. Es decir, una parte de su potencial ya lo estamos aprovechando. Cómo explotar al máximo las posibilidades de regenerar cualquier tejido enfermo sin causar efectos secundarios terribles sigue siendo el problema.
¿Está el campo de las céluals madre avanzando demasiado despacio? ¿O quizás demasiado rápido? Algunos expertos ya han
expresado su desacuerdo con la decisión de dar luz verde a las pruebas clínicas de Gerón en Estados Unidos, arguyendo que no hay suficientes datos sobre la seguridad del proceso. Segun sus argumentos, el ensayo es precipitado, ya que los estudios en el laboratorio no han aportado suficientes datos para predecir que el tratamiento funcione. Obviamente, la presión popular y el deseo de empezar a tener resultados puede actuar en contra de la lógica científica, que requiere tiempo y muchos experimentos preliminares antes de empezar a probar nuevas terapias en humanos.
Así pues, la conclusión es que hay que tener paciencia. No sabremos si las células madre son tan útiles como creemos hasta que pasen unos cuantos años más. A lo mejor incluso décadas. Y esto suponiendo que no aparezcan complicaciones inesperadas.