Se calcula que conseguir que un nuevo fármaco contra el cáncer llegue a ser evaluado por la FDA, la agencia americana que decide si se puede comercializar o no, puede costar 12 años. Aún así, sólo un 10% de los que superan este punto seran aprobados para tratar enfermos. El alto coste en tiempo y dinero es evidente, y actúa en contra no sólo de las farmacéuticas sinó de los que padecen un cáncer. Por eso se acaban de publicar unas guías para acelerar este proceso. Se espera que esto disminuya notablemente el tiempo que las nuevas terapias contra el cáncer necesitan para llegar ál público que las necesita.
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