Hoy es Sant Jordi, la jornada preferida de los libreros de Catalunya y la culminación de varias semanas de intensas presentaciones de novedades editoriales. Como cada año, habrá para todos los gustos, desde el best-seller para el gran público a la ópera prima más experimental, pasando por traducciones de clásicos o los productos que aprovechan la popularidad mediática de sus autores. En medio de esta avalancha que reclama a gritos la atención del lector suelen pasar desapercibidas las obras con contenido científico, que siempre han sido la cenicienta del panorama literario local.
El poco interés por leer sobre ciencia en nuestro ámbito queda demostrado por el hecho de que es prácticamente imposible que este tipo de libros se infiltren en una lista de los más vendidos, a diferencia, por ejemplo, del Reino Unido, donde la divulgación es comprada con regularidad por una franja amplia de la población. Cuando vemos un título con aires científicos en un top ten, normalmente está encubriendo un producto de autoayuda o, lo que es peor, la enésima estafa sobre enzimas milagrosas o dietas-que-todo-lo-arreglan. Parece que la impresión de que ciencia y literatura no combinan está bastante extendida, y eso contribuye a perpetuar esta división artificial entre ciencias y letras que nos inculcan en las escuelas y que acaba relegando a los especialistas todo lo que huele a biología o física seria.
Permítanme, pues, que aproveche la ocasión de la fiesta que se avecina para desmontar un poco ese prejuicio y recomendar algunos títulos interesantes relacionados con el tema que nos ocupa, que de otra manera seguro que pasarían desapercibidos. Empezaré con Científics lletraferits, una colección de cuentos que he editado junto con el biólogo Jordi de Manuel, donde hemos conseguido reunir a 20 científicos y tecnólogos catalanes de renombre que a la vez son escritores (entre ellos Pere Puigdomènech, que también participa en esta sección). El objetivo era precisamente demostrar que la gente «de ciencias» podemos hacer ficción de tanta calidad como cualquier otro narrador. Los resultados van del drama a la comedia, del relato negro a la ciencia ficción, y seguro que sorprenderán a más de uno.
También ha llegado a las tiendas el último libro del biólogo Jesús Purroy, Homeopatia sense embuts. El título deja claras las intenciones del autor: analizar de manera rigurosa este fenómeno seudocientífico que tantos adeptos tiene aún hoy en día. Informarse sobre qué hacer para saber si un tratamiento es útil o no -y la homeopatía sería un buen ejemplo- es un ejercicio que nos puede ayudar a separar el grano de la paja la próxima vez que un vecino nos recomiende la última maravilla que nos va a solucionar todos los males. Estos ensayos son necesarios para aprender a ver cuándo quieren darnos gato por liebre, que por desgracia es a menudo. Por otra parte, Anna y Eduard Martorell analizan en Sans i estalvis una serie de intervenciones que, desde el punta de vista científico, pueden influir en nuestra calidad de vida. Sus consejos, mezclados con curiosidades, van desde la dieta al sexo, pasando por el deporte y la relajación.
Aposta per la salut! es la novedad de Manel Esteller, otro compañero de sección y uno de los científicos más destacados del país. Es una mezcla de ensayo, biografía y entrevista sobre cómo el autor ve la situación actual de la ciencia y el impacto que tiene en la sociedad. Una reflexión que nos debería hacer pensar un poco sobre temas que son muy relevantes hoy en día. En esta línea, yo mismo publico Jugar a ser déus con Chris Willmott, último Premio Europeo de Divulgación Científica, un libro para todos los públicos que medita sobre las implicaciones morales de los nuevos avances científicos y cómo afectarán a la humanidad en un futuro próximo. Lo hemos escrito porque los investigadores a menudo pensamos solo en entender el mundo que nos rodea y no nos detenemos a considerar que nuestros descubrimientos lo están cambiando, y este es un debate importante en el que todos debemos participar.
Termino recomendándoles un libro que tiene unos cuantos meses pero que me impactó mucho cuando lo descubrí: Ebrio de enfermedad, de Anatole Broyard, los escritos de un paciente terminal que lucha para entender qué es la vida con el poco tiempo que le queda. Es un texto duro pero enriquecedor que ofrece, desde un ángulo diferente, una impactante visión de la relación entre médico y enfermo. Chocante. Por motivos de espacio me he dejado muchos otros igualmente interesantes, pero espero que al menos habré conseguido presentarles algunas alternativas a las típicas compras de Sant Jordi. Este año, sean originales: regalen a los que aman rosas, libros... y un poco de ciencia.
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