Los lectores de Las grandes plagas modernas a lo mejor se preguntan cómo acabó la historia de la investigadora alemana que se pinchó en su laboratorio con una aguja infectada de Ébola. La habíamos dejado en la página 225 del libro, después de recibir una vacuna experimental contra el Ébola que sólo se había probado en monos. Pues bién, hubo final feliz. La investigadora no llegó a infectarse, quizás gracias a la vacuna, quizás gracias a la suerte.
El Ébola es uno de los virus más agresivos que existe y aunque sus brotes son de corto alcance, siempre existe el riesgo de que sea usado como arama biológica. Parece que los que trabajan con este virus tan peligroso (y el resto de la humanidad) pueden respirar un poco más tranquilos. Se acaba de publicar un estudio que presenta el primer tratamiento contra el Ébola. Todos los monos a los que se les inyectó el producto hasta 6 días después de haber estado expuestos al virus sobrevivieron. Es un resultado muy prometedor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario