Hay una relación evidente entre nuestro entorno y nuestro cuerpo, entre nuestras enfermedades y como las peribe nuestro cerebro. No hace falta recurrir a extremos absurdos y creer que se puede curar el cáncer usando sólo con el poder de la mente, pero tampoco hay que rechazar el efecto que lo que pasa dentro de nuestra cabeza tiene sobre el resto del organismo.
Un artículo publicado esta semana ha encontrado una relación entre la soledad y el cáncer. Si se aíslan unos ratones a los cuales se les ha provocado la aparición de tumores, éstos se vuleven más agresivos. Esta raza de ratones es especialmente gregaria, y el hecho de encontrarse sin el soporte emocional de su grupo les causa un estrés que repercute negativamente en su enfermedad.
No se ha comprobado aún que pase lo mismo en humanos, pero no es descabellado pensar que las emociones pueden influir sobre como luchamos contra una enfermedad. Un tema muy interesante y muy desconocido.
1 comentario:
Jo, sempre rodejada de la meva nombrosa família, tinc poquets números perquè em toqui, hehehe... ara ja no pensaré tant en anar-me'n a una illa deserta ;)
I ara seriosament: realment és molt interessant! gràcies per compartir amb nosaltres!!!
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