Gracias a una curiosa aplicación de los avances en genética, un tribunal italiano ha reducido la sentencia de un criminal porque en su genoma tiene ciertas variantes de un gen que se asocia con el comportamiento violento. De esta manera, la justicia italiana equipara atenuantes como los transtornos mentales con las no siempre sólidas relaciones entre ciertos genes y ciertas conductas o enfermedades. La mayoría de expertos están de acuerdo que no podemos abrir las puertas al determinismo basándonos sólo en algunos resultados estadísticos. La sentencia del tribunal italiano es un precedente un poco turbador.
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