En el 2001, se publicó un artículo que decía que los genes introducidos en el maíz transgénico se habían encontrado también en maíz cultivado tradicionalmente en lugares cercanos. Es decir: los cultivos transgénicos cambiaban las plantas normales. Inmediatamente se publicaron unos cuantos estudios independientes que rebatían los datos del primero y subrayaban ciertos errores técnicos graves en las técnicas usadas. Se resolvió que las conclusiones no eran ciertas.
Pronto se publicará un nuevo trabajo que confirma los resultados iniciales. Así pues, ¿pueden o no los transgénicos afectar el medio ambiente? Es una pregunta clave, puesto que aún no se sabe si los transgénicos son peligrosos para el entorno, aunque muchas organizacioens ecologistas temen que sí. El veredicto no está del todo claro. De todas maneras, si se confirman los datos sobre la transferencia de genes, aún habría que investigar los posibles efectos ecológicos negativos que esto podría tener. De momento, siguen sin describirse peligros potenciales apra el consumidor.
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