Hemos hablado de la restricción calórica como forma de alargar la vida en ciertos animales de laboratorio (ver Inmortales y perfectos, página 256). Se ha demostrado recientemente que el gusano C. elegans, un organismo usado a menudo en estudios sobre envejecimiento (ver foto), vive más cuando se le eliminan las células reproductivas, lo que a su reduce el acúmulo de grasa por un mecanismo aún no descubierto. Este experimento relaciona por primera vez dos factores que ya se sabía que influían en la longevidad: por un lado una reducción de la capacidad reproductiva y por otro la restricción calórica, aquí en forma de exceso de grasa. Aún no está claro cómo podemos aplicar estos avances a la longevidad en humanos.
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