He visto en algunos artículos la relación entre la hormona del crecimieinto IGF-1 y los cánceres de mama y de próstata. Según dicen, hay posibilidades de que éste estimule la proliferación de este tipo de cáncer. además han hablado de que en los EU producto de que IGF-1 estimula la producción de leche en las vacas, las personas que consumen este tipo de leche, tienen altas posibilidades de incrementar la cantidad de IGF-1 en la sangre, incrementando por lo tanto las probalilidades de padecer estos tipos de cáncer. ¿Hay algo comprobado al respecto?. Muchos deportistas, específicamente personas fisiculturistas utilizan este tipo de hormona de crecimiento para su desarroll muscular, prque esta probado que es muy eficiente en este sentido. ¿Se ha ralizado algún estudio con este tipo de deportistas con el fin de saber si lo expuesto enla pregunta anterior es cierto? Gracias por su tiempo.
Muchos oncogenes (los genes que, cuando dejan de funcionar como deben, inician el proceso canceroso) són de la familia de los factores de crecimiento, como el IGF-1. Una de los primeros "poderes" que adquiere una célula en su camino hacia convertirse en cancerosa es precisamente la capacidad de crecer y dividirse sin parar (ver Inmortales y perfectos, página 160). Ante esto, es lógico pensar que todos los factores de crecimiento tienen que estar bien regulados y es peligroso que el cuerpo tenga niveles elevados de uno de ellos cuando no es necesario. El sentido común nos dice que enviar señales descontroladas a las células para que empiezen a dividirse sin parar no es muy recomendable.
Dicho esto, hay artículos serios que relacionan ciertos factores de crecimiento con el aumento de masa muscular, y de esta manera también con reducir los efectos del envejecimiento (ver Inmortales y perfectos, página 245). Todo ello está basado en experimentos de laboratorio, recordémoslo. No se han estudiado con el detalle necesario qué efectos tienen en humanos, aunque parezca lo contrario por lo que uno lee en internet. La realidad es que la FDA y otros organismos reguladores no han aprobado su uso en humanos, excepto para tratar déficits hormonales muy concretos en niños. Esto ya tendría que servir de advertencia. A pesar de ello, mucha gente se ha lanzado a probarlos. Parece que es cierto que sirven para tener mejores bíceps, aunque no hay estudios que lo demuestren científicamente sin lugar a dudas. El problema más grave es que se sigue sin saber nada de los efectos secundarios y los problemas a largo plazo, como por ejemplo si dan o no cáncer.
Porqué la gente decide no escuchar a los científicos y lanzarse a tomar productos que no se sabe si son seguros es algo que personalmente no acabo de comprender. Pasa lo mismo con lo de la resticción calórica (como comentábamos recientemente). Como regla general, jugar con el equilibrio hormonal de nuestro cuerpo puede tener consecuencias inesperadas. Antes de creerse a pies juntillas los efectos positivos de un fármaco y no querer esperar a saber cuales son los negativos, yo recomendaría un poco de sensatez.
Por otro lado, el hecho que una hormona animal que se pueda encotrar en la leche sea absorbida en el estómago, entre en nuestro organismo en niveles suficientemente altos y después sea capaz de tener un efecto són muy remotas, por no decir inexistentes. Los tratamientos con IGF-1 se hacen a dosis elevadas y generalmente no por via digestiva.
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