Por si no fuera bastante difícil trabajar con células madre en la mayoría de países, el bioético Robert Streiffer, de la Universidad de Wisconsin, ha descubierto que al menos 25% de las células que se usan actualmente en los laboratorios de los EEUU fueron obtenidas de forma irregular. Eso quiere decir que no se respetaron las normas éticas y legales de confidencialidad, consentimiento y derecho a la información del donante.
Ante esta noticia, la Universidad de Stanford ha anunciado que vetará el uso de estás células, mientras que los NIH (Institutos Nacionales de la Salud) mantienen que las células fueron obtenidas siguiendo las normas éticas vigentes en el momento (antes de 2001, cuando el gobierno de Bush prohibió trabajar con las que se consiguieran después de la fecha) y por tanto seguirán usándolas.
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