Los radicales de oxígeno, productos del metabolismo que oxidan nuestras células contribuyendo así al envejecimiento (ver Inmortales y perfectos, página 225), parece que participan también en la sensación de saciedad que invade nuestro cerebro después de comer. Segun los autores del estudio, tomar antioxidantes junto con la comida podría contribuir a sentirnos más "llenos" y así frenar nuesto apetito.
Los resultados, obtenidos en animales de laboratorio, aún tienen que ser confirmados en humanos. Alterar el balance oxidativo de nuestras células puede tener efectos imprevisibles, debido a la importancia de los radicales de oxígeno en múltiples mecanismos de control. Además, aún no se ha demostrado que los antioxidantes tengan ninguna utilidad para controlar procesos como el envejecimiento (ver Inmortales y perfectos, página 242). A pesar de esto, el descubrimiento abre nuevas posibilidades en el campo del tratamiento de la obesidad.
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