lunes, 21 de junio de 2010

Terapia génica contra el sida

Explicábamos en Las grandes plagas modernas (p85) el caso de un enfermo de sida que tenía leucemia y que parece que se curó de las dos enfermedades gracias a un trasplante de médula de un donante con unas características genéticas específicas. Se acaba de dar un paso más en este sentido con la publicación los primeros resultados de un tratamiento genético contra la sida siguiendo este mismo principio.

La idea es sacar células madre inmunitarias de los enfermos, introducirles una serie de genes en el laboratorio que les permitan luchar contra el VIH (entre ellos el CCR5 que explicábamos en el libro) y volverlas a inyectar a los pacientes. En el artículo demuestran que las células modificadas sobreviven, se reproducen y fabrican las proteínas adecuadas por lo menos durante dos años, algo técnicamente muy complejo y que no se había conseguido hasta ahora.

Hay que mencionar un par de puntos. Primero, el tratamiento pasa primero por eliminar todas las células inmunes de los pacientes, algo arriesgado y con efectos secundarios, por eso de momento sólo se ha probado esta técnica en seropositivos que además tienen una leucemia (destruir las células inmunes y hacer un trasplante de médula ósea es el tratamiento de elección en estos casos). Segundo, las células modificadas no consiguieron frenar al VIH. Aún habrá que optimizar la técnica para ver si se puede controlar la infección con este tipo de terapia génica, pero el primer paso es muy prometedor.

jueves, 17 de junio de 2010

Y ahora el Marburg

Hablábamos hace poco de una posible vacuna para el Ébola. Le llega ahora el turno a su primo hermano, el Marburg, otro de los virus con más mala idea que se conocen (ver Las grandes plagas modernas, p226). Parece que una vacuna experimental está funcionando bien en monos, aunque hay que administrarla poco después del momento de la infección (tiene un cierto efecto hasta 48 horas después).

De todas formas, es una buena noticia que se descubran maneras de frenar estos virus asesinos (recordemos que matan entre 80 y 90% de los infectados) que, a pesar de haber dado hasta ahora sólo brotes pequeños y aislados, son una de las espadas de Damocles que tenemos sobre nuestras cabezas.

viernes, 11 de junio de 2010

Quimioterapia inhalada

Uno de los principales problemas de la quimioterapia clásica son sus terribles efectos secundarios. Los fármacos, que son sustancias tóxicas bastante inespecíficas, matan las células cancerosas, pero también afectan las normales, lo que genera muchos problemas al paciente. Esto se ve agrabado por el hecho de que estos fármacos se suelen inyectar en la vena, y sus efectos acaban siendo generales. En algunos cánceres, esto se podria evitar. Por ejemplo, la eficacia del tratamiento mejoraría mucho en el cáncer de pulmón si se pudiera hacer llegar directamente por via respiratoria.

Esto es precisamente lo que se demuestra en un artículo que se acaba de publicar. Los autores han conseguido que ratones con tumores en el pulmón inhalen doxorubicina, uno de los fármacos habituales para tratar este tipo de cáncer, envuelto en una capa de lípidos para que se absorba mejor. Además, han añadido un par de inhibidores para evitar que aparezcan resistencias contra el tratamiento. Los tumores de los ratones disminuyen espectacularmente de tamaño, y los efectos secundarios son mínimos. Es un resultado muy prometedor. Podría abrir nuevas formas de tratamiento del cáncer de pulmón,  que sigue siendo la principal causa de muerte por cáncer teniendo en cuenta los dos sexos.

martes, 1 de junio de 2010

Sobrevivir al Ébola

Los lectores de Las grandes plagas modernas a lo mejor se preguntan cómo acabó la historia de la investigadora alemana que se pinchó en su laboratorio con una aguja infectada de Ébola. La habíamos dejado en la página 225 del libro, después de recibir una vacuna experimental contra el Ébola que sólo se había probado en monos. Pues bién, hubo final feliz. La investigadora no llegó a infectarse, quizás gracias a la vacuna, quizás gracias a la suerte.

 El Ébola es uno de los virus más agresivos que existe y aunque sus brotes son de corto alcance, siempre existe el riesgo de que sea usado como arama biológica. Parece que los que trabajan con este virus tan peligroso (y el resto de la humanidad) pueden respirar un poco más tranquilos. Se acaba de publicar un estudio que presenta el primer tratamiento contra el Ébola. Todos los monos a los que se les inyectó el producto hasta 6 días después de haber estado expuestos al virus sobrevivieron. Es un resultado muy prometedor.