lunes, 30 de marzo de 2009

La información está en la sangre.

Una de las claves del tratamiento del cáncer en las próximas décadas va a ser, igual como lo es hoy en dia, la capacidad de poder detectar la enfermedad lo más pronto posible. El pronóstico cambia radicalmente si se descubre un tumor antes que dé metástasis, por esto se están dirigiendo muchos esfuerzos en encontrar tests lo suficiente sensitivos e inocuos para que se puedan llevar a cabo rutinariamente.

Recientemente se ha propouesto que podríamos diagnosticar la presencia de un cáncer con un simple análisis de sangre. La idea es detectar unas partículas llamadas microvesículas, que las células tumorales fabrican y envían a la sangre. En ellas hay información muy específica sobr el tipo de tumor que las ha fabricado. Los científicos han encontrado estas microvesículas en la mitad de los tumores analizados en el estudio y, lo que es más importante, en casi un tercio de las muestras de sangre de los pacientes.

Naturalmente, estos números son aún muy bajos para saber si la detección de microvesículas puede servir en un futuro para diagnosticar el cáncer sin necesidad de usar técnicas invasivas como las biopsias. De todas maneras, es un hallazgo prometedor y un paso más en la dirección correcta. El tiempo dirá si esta és la solución a la necesidad del diagnóstico precoz.

miércoles, 25 de marzo de 2009

¿Herencia o entorno? (II)

Hablábamos la semana pasada de qué determina nuestra inteligencia. Parece que el componente genético es elevado, en más de un aspecto. Esto se desprende de un artículo reciente, en el que los autores encuentran una relación inversa entre la edad del padre en el momento de la concepción y la inteligencia de los hijos. No es el primer estudio que encuentra una asociación negativa de este tipo: parece que cuanto más viejo es el padre, más probabilidades de problemas físicos y mentales tienen los hijos.

Los motivos no estan claros, aunque se intuye que pasamos a nuestros hijos algo más que nuestros genes "originales". Podría ser, por un lado, que el esperma acumule mutaciones en personas más viejas, y el problema sea entonces que los genes no estarían "intactos". También podrían influir los cambios llamados "epigenéticos" (ver Inmortales y perfectos, página 92), modificaciones de nuestro genoma adquiridas a lo largo de la vida que se sabe que se pueden transmitir a los hijos. Por algún motivo, el estudio demuestra que la edad de la madre no influye en la inteligencia de los hijos. Es un tema interesante, pero aún quedan muchos interrogantes para contestar.

Por otro lado, esto demuestra que no sólo la edad materna es un problema a la hora de tener hijos. Aunque los hombres somos físicamente capaces de engendrar prácticamente hasta el final de nuestros días, nuestra edad influye en la "calidad" de nuestra descendencia. Atención, pues.

viernes, 20 de marzo de 2009

¿Herencia o entorno?

La eterna pregunta. Parece que estamos más cerca de la respuesta, por lo menos en lo que se refiere a saber si nuestra inteligencia la determinan los genes o la educación. Dicen unos científicos de la Universidad de California que en este caso tenemos que dar las gracías a nuestra herencia más que no al entorno. Estudiando imagenes de nuestro cerebro en marcha, han descubierto que la velocidad con la que procesamos la información, un factor que define nuestra capacidad intelectual, está fuertemente marcada por nuestros genes. El estudio se ha hecho en gemelos y por problemas obvios de conseguir suficientes voluntarios, sólo ha contado con un centenar de participantes, lo que no permite sacar grandes conclusiones estadísticas. De todas maneras, es la primera prueba funcional clara de lo que hasta ahora sólo sospechábamos: que nacemos con una serie de habilidades mentales predeterminadas. Naturalmente, nuestra inteligencia real dependerá de lo que hacemos con ellas.

jueves, 12 de marzo de 2009

Bebés a la carta.

Hemos leído en la prensa estos días que ya podemos escoger los rasgos físicos de nuestros hijos. El detonante ha sido que un centro de reproducción asistida de los Estados Unidos planea ofrecer estas fabulosas opciones a sus clientes. Pero ¿es realmente posible? ¿Hemos entrado ya en la era de los bebés a la carta? Primero hay que dejar claro que no se trata de manipular los genes de un embrión humano. Esto no es ni legal ni técnicamente realizable, por lo menos de momento. Lo que se propone es llevar a nuevos extremos una técnica que se viene practicando desde hace un tiempo: la selección de embriones antes de la implantación.

La idea es tan simple como éticamente polémica. Se cogen células de un embrión obtenido por fertilización in vitro y se estudia su ADN, normalmente para buscar rastros de una enfermedad hereditaria que sufren los padres. Si se encuentran los defectos en el ADN que sabemos que están asociados a estos trastornos, se descarta el embrión. En caso contrario, se implanta en el útero de la madre. Así nos aseguramos que el bebé que nacerá estará libre de la enfermedad en cuestión. Un ejemplo reciente de la aplicación de este sistema en un hospital de Sevilla se hizo público hace unos días. Había además en este caso la particularidad de que las células madre del cordón umbilical del bebé sano se trasplantaron a su hermano enfermo de siete años, la primera vez que se llevaba a cabo en España un procedimiento similar.

Así pues, la selección de embriones en función de sus genes para evitar una enfermedad e incluso para curar a un pariente cercano es factible. La principal diferencia con la oferta de la compañía americana es que estos proponen buscar en el ADN información sobre cualidades médicamente tan triviales como el color de los ojos o del pelo. Esto plantea algunos problemas. Para empezar, en Europa no está permitido. Evitar defectos genéticos es una cosa, pero fomentar que la gente escoja tener niños rubios y con ojos azules aún nos recuerda demasiado a las teorías eugénicas de los Nazis. Pensemos además que los hijos sacan sus genes de sus padres. Si en una familia son todos mediterráneos de cabello oscuro, es muy improbable que consigan embriones con los genes necesarios para que sus retoños parezcan nacidos en Suecia. Pero el obstáculo principal sigue siendo que, en la mayoría de casos, aún no sabemos con toda certeza qué variantes de qué genes determinan estos rasgos físicos tan deseados. Es decir, por mucho que leamos el ADN del embrión, sólo podremos aventurar hasta cierto punto cuál será el aspecto del bebé, algo que la misma compañía admite. Hoy por hoy, el sistema no ofrece ninguna garantía.

Eso sí: hay que reconocer que cada día estamos más cerca de solucionar este último ostáculo. Sin ir más lejos, la semana pasada se anunció que se puede deducir el color de ojos de una persona leyendo las secuencias de ocho genes de su ADN. El principal uso que le encontraban los científicos a esta nueva técnica era predecir el color de ojos de un sospechoso con solo recoger muestras en la escena del crimen. Naturalmente, esto serviría también para saber de qué color tendrían los ojos nuestros hijos. Poder desechar un embrión porqué no ha heredado los ojos verdes de su padre es prácticamente una realidad. Lo que hay que preguntarse es si realmente tiene algún sentido hacerlo.

En relación con este tema, la semana pasada se publicaba un estudio en el que un grupo de científicos de Holanda había conseguido "adivinar" el color de ojos de una persona sólo con leer las secuencias de ocho genes en muestras de ADN. El principal uso que le encotraban a la técnica era poder predecir el color de ojos de un sospechoso con solo recoger muestras de ADN en la escena del crimen. También parecería indicar que sí que es posible saber qué color de ojos tendrán nuestros hijos. Hay que matizar que segun los autores, esto funciona el 90% de las veces si se trata de decir si el color será azul o marrón. Si añadimos otros colores, la proporción baja al 70%. Es, de todas maneras, un resultado interesante, y una de las bases científicas de los métodos que ofrece la clínica americana. De igual manera, la compañía Atlas Sports Genetics comunicaba recientemente que ofrecía la posibilidad de predecir si nuestro hijo será un buen deportista, basándose en un artículo que encontró una relación entre una forma del gen ACTN3 y la capacidad atlética. De la teoría a la realidad, una vez más, hay un salto considerable. En los próximos años veremos como este tipo de pruebas proliferan, sobretodo debido al éxito de los estudios de asociación y secuenciación (GWAS, ver Inmortales y perfectos, página 50). No hay que dejarse llevar por unas predicciones que en muchos casos sólo se basan en moderadas asociaciones estadísticas.

martes, 10 de marzo de 2009

Salvador Macip en Vogue España

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jueves, 5 de marzo de 2009

Antiangiogénesis: una idea brillante... ¿y peligrosa?

Una de las terapias contra el cáncer más prometedoras de los últimos años era la antiangiogénesis, es decir, los fármacos que inhiben la formación de los nuevos vasos seanguíneos que necesita un tumor para alimentarse y crecer. Estos productos se están usando actualmente (ver Inmortales y perfectos, página 183, y también aquí) aunque los resultados nunca han sido tan espectaculares como se creía inicialmente.

Un par de artículos aparecidos esta semana en la revista Cancer Cell, uno de ellos de un grupo de científicos de Barcelona, sugieren que el problema puede ser aún mayor. Los antiangiogénicos podrían estar favoreciendo la invasión y la formación de metástasis. Este efecto secundario totalmente imprevisto hasta ahora invalidaría el uso de este tipo de sustancias para controlar el crecimiento de un tumor, ya que incrementarían sustancialmente la malignidad de las células cancerosas. Si estos resultados se confirman, podría ser el final de la terapia antiangiogénica del cancer.

miércoles, 4 de marzo de 2009

¡Ahora sin virus!

Quizás la noticia científica de la semana es la publicación en la revista Nature de dos artículos importantes en el campo de las células pluripotentes (iPS), las posibles "sustitutas" de las células madre embrionarias. Uno de los problemas de las iPSs es que hay que "inyectar" una serie específica de genes a la célula que se quiere convertir en iPS. Para hacerlo, el mejor método hasta ahora era usar virus como "mensajeros". Uno de los inconvenientes es que estos virus pueden tener efectos secundarios importantes, incluso causar cancer.

Los nuevos artículos demuestran que se puede hacer llegar los genes a la célula sin necesidad de usar un virus, lo cual aumenta la seguridad del proceso. El sistema aún se tiene que optimizar, pero representa un paso importante hacia el posible uso en el futuro de las iPS en terapias regenerativas.

martes, 3 de marzo de 2009

Preguntas de los lectores (XX).

En primer lugar quisiera darle la enhorabuena por publicar un libro ameno y de facil comprensión para un público no especializado pero entusiasta y que le gusta esta temática. Si tuviera que recomendarme algun libro como complemento a "Inmortales y Perfectos" cual sería? A ser posible en castellano. Muchisimas gracias. A.S.
Uno de los motivos por los cuales escribí Inmortales y perfectos fue precisamente porqué me parecía que había pocos libros de divulgación científica parecidos en castellano, por lo menos no muchos que traten los mismos temas. En inglés sería diferente.

A pesar de esto, para los que les guste leer sobre ciencia puedo recomendar cualquier libro de Oliver Sacks, que suelen centrarse en questiones relacionadas con el cerebro. Los libros de James Watson, en especial La doble hélice, son muy interesantes tanto para saber como se dieron los primeros pasos en el estudio del genoma humano como para entender como trabajamos los científicos. Una historia breve de casi de todo, de Bill Bryson es recomendable, así como la biografía de Craig Venter, uno de los científicos de los cuales hablé en Inmortales y perfectos. A parte de estos, habrá que esperar que se traduzcan libros interesantes como los de Leonard Guarente sobre el envejecimiento. Para los que leen en inglés, Bad science, de Ben Goldacre és una libro sobresaliente que desmonta los falsos mitos que tanto abundan en la ciencia que los medios hacen llegar al público general.

lunes, 2 de marzo de 2009

Salvador Macip en La Razón.

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